Tras la recepción oficial ayer en el Palacio de Viana, sede del Ministerio de Exteriores, y las fotografías protocolarias, hoy el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y los ministros españoles de Exteriores y Economía, Manuel Albares y Carlos Cuerpo respectivamente, se han vuelto a encontrar para entrar en materia y tratar la relación bilateral, que actualmente no pasa por su mejor momento debido a cuestiones como el ‘caso Huawei’, la polémica por el gasto en defensa o las relaciones del expresidente Zapatero con Venezuela. Lo que ha llevado a Bessent a España no es el encuentro que se ha celebrado esta mañana en el Palacio de Viana si no los que mantendrá con el viceprimer ministro chino He Lifeng hasta el 17 de septiembre, pero aún así, la coincidencia no tiene no interés dado que, precisamente, las relaciones de España con China han llevado a una crisis diplomática entre La Moncloa y La Casa Blanca. El Gobierno ha sido escueto a la hora de señalar los principales puntos que se han tratado durante la reunión con Bessent. Del lado español, ha sido poco más que la «voluntad de reforzar los vínculos existentes con el mercado de EE.UU.» y el «compromiso con los principios de la cooperación y el diálogo con los países aliados como EE.UU.». Noticia Relacionada estandar Si La UE revisará su relación comercial con China y critica lo que hace España José A. Pérez «Mi idea es centrarnos en una revisión de nuestros acuerdos con Pekín. Una transferencia de competencias, por ejemplo sobre las baterías», defiende el comisario europeo de Estrategia ComercialSin embargo, y a pesar de lo que diga este resumen oficial, a nadie escapa que hay temas que están en el candelero, como el ya célebre contrato de Huawei con el Ministerio de Interior, una historia cuyo último hito ha sido la solicitud por parte del Congreso de Estados Unidos de una investigación que podría dar lugar a sanciones contra nuestro país . Por el momento, España ya está en una suerte de ‘cuarentena’ que la deja fuera del intercambio de información de inteligencia con los EE.UU. A esto también se añade la amenaza por parte del subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, de retirarle el visado de entrada a Estados Unidos al expresidente Zapatero por sus relaciones con Venezuela, o las reticencias de Pedro Sánchez a aumentar el gasto en defensa al 5%, como había pedido la Casa Blanca. En el terreno puramente comercial, los asuntos de actualidad siguen siendo los mismos que Carlos Cuerpo y Scott Bessent ya trataron durante un primer encuentro en Washington en abril: la tasa Google , un gravamen del 3% que se aplica en España a las grandes tecnológicas y que Trump considera un castigo indirecto a sus empresas; el IVA, que la Casa Blanca también considera un sabotaje a sus exportaciones; y otras «barreras no arancelarias», como acostumbran a referirse en Washington a regulaciones europeas que no existen al otro lado del Atlántico. A nivel diplomático, aquella primera cita acabó mal, o al menos esa fue la impresión de la parte estadounidense, a tenor del contenido del resumen de la reunión que remitió a la prensa. En ese comunicado, que fue una clarísima señal al Gobierno de Pedro Sánchez, se destacaba solamente los temas en los que Bessent había mostrado discrepancias con el ejecutivo español, como el gasto en defensa o la tasa Google. El texto distaba mucho en estilo de los que publicó el departamento del Tesoro tras los encuentros con ministros de otros países, pues no había ninguna referencia a la ‘importancia de la relación bilateral’, mucho menos una felicitación. De hecho, la nota de prensa más parecida fue la que se publicó, precisamente, tras el encuentro con el gobierno chino. El caso, como ya se ha avanzado, es que desde el pasado viernes Madrid se ha convertido en la sede de la cuarta ronda de negociaciones entre las dos superpotencias, tras las mantenidas en Ginebra, Londres y Escocolmo. El principal tema a tratar, claro está, será la negociación de la situación comercial, actualmente en una situación de ‘impasse’ a la espera de un acuerdo definitivo antes de que expire la tregua de noventa días que acordaron las dos partes a finales de julio tras su reunión en la capital sueca. Y sobre la mesa también estará la polémica en torno a la plataforma china Tik Tok, que actualmente se enfrenta a un posible cierre en los EE.UU. debido a la preocupación que suscita en ese país por el uso que hace de sus datos. Tras la recepción oficial ayer en el Palacio de Viana, sede del Ministerio de Exteriores, y las fotografías protocolarias, hoy el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y los ministros españoles de Exteriores y Economía, Manuel Albares y Carlos Cuerpo respectivamente, se han vuelto a encontrar para entrar en materia y tratar la relación bilateral, que actualmente no pasa por su mejor momento debido a cuestiones como el ‘caso Huawei’, la polémica por el gasto en defensa o las relaciones del expresidente Zapatero con Venezuela. Lo que ha llevado a Bessent a España no es el encuentro que se ha celebrado esta mañana en el Palacio de Viana si no los que mantendrá con el viceprimer ministro chino He Lifeng hasta el 17 de septiembre, pero aún así, la coincidencia no tiene no interés dado que, precisamente, las relaciones de España con China han llevado a una crisis diplomática entre La Moncloa y La Casa Blanca. El Gobierno ha sido escueto a la hora de señalar los principales puntos que se han tratado durante la reunión con Bessent. Del lado español, ha sido poco más que la «voluntad de reforzar los vínculos existentes con el mercado de EE.UU.» y el «compromiso con los principios de la cooperación y el diálogo con los países aliados como EE.UU.». Noticia Relacionada estandar Si La UE revisará su relación comercial con China y critica lo que hace España José A. Pérez «Mi idea es centrarnos en una revisión de nuestros acuerdos con Pekín. Una transferencia de competencias, por ejemplo sobre las baterías», defiende el comisario europeo de Estrategia ComercialSin embargo, y a pesar de lo que diga este resumen oficial, a nadie escapa que hay temas que están en el candelero, como el ya célebre contrato de Huawei con el Ministerio de Interior, una historia cuyo último hito ha sido la solicitud por parte del Congreso de Estados Unidos de una investigación que podría dar lugar a sanciones contra nuestro país . Por el momento, España ya está en una suerte de ‘cuarentena’ que la deja fuera del intercambio de información de inteligencia con los EE.UU. A esto también se añade la amenaza por parte del subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, de retirarle el visado de entrada a Estados Unidos al expresidente Zapatero por sus relaciones con Venezuela, o las reticencias de Pedro Sánchez a aumentar el gasto en defensa al 5%, como había pedido la Casa Blanca. En el terreno puramente comercial, los asuntos de actualidad siguen siendo los mismos que Carlos Cuerpo y Scott Bessent ya trataron durante un primer encuentro en Washington en abril: la tasa Google , un gravamen del 3% que se aplica en España a las grandes tecnológicas y que Trump considera un castigo indirecto a sus empresas; el IVA, que la Casa Blanca también considera un sabotaje a sus exportaciones; y otras «barreras no arancelarias», como acostumbran a referirse en Washington a regulaciones europeas que no existen al otro lado del Atlántico. A nivel diplomático, aquella primera cita acabó mal, o al menos esa fue la impresión de la parte estadounidense, a tenor del contenido del resumen de la reunión que remitió a la prensa. En ese comunicado, que fue una clarísima señal al Gobierno de Pedro Sánchez, se destacaba solamente los temas en los que Bessent había mostrado discrepancias con el ejecutivo español, como el gasto en defensa o la tasa Google. El texto distaba mucho en estilo de los que publicó el departamento del Tesoro tras los encuentros con ministros de otros países, pues no había ninguna referencia a la ‘importancia de la relación bilateral’, mucho menos una felicitación. De hecho, la nota de prensa más parecida fue la que se publicó, precisamente, tras el encuentro con el gobierno chino. El caso, como ya se ha avanzado, es que desde el pasado viernes Madrid se ha convertido en la sede de la cuarta ronda de negociaciones entre las dos superpotencias, tras las mantenidas en Ginebra, Londres y Escocolmo. El principal tema a tratar, claro está, será la negociación de la situación comercial, actualmente en una situación de ‘impasse’ a la espera de un acuerdo definitivo antes de que expire la tregua de noventa días que acordaron las dos partes a finales de julio tras su reunión en la capital sueca. Y sobre la mesa también estará la polémica en torno a la plataforma china Tik Tok, que actualmente se enfrenta a un posible cierre en los EE.UU. debido a la preocupación que suscita en ese país por el uso que hace de sus datos.
Tras la recepción oficial ayer en el Palacio de Viana, sede del Ministerio de Exteriores, y las fotografías protocolarias, hoy el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y los ministros españoles de Exteriores y Economía, Manuel Albares y Carlos Cuerpo respectivamente, se han … vuelto a encontrar para entrar en materia y tratar la relación bilateral, que actualmente no pasa por su mejor momento debido a cuestiones como el ‘caso Huawei’, la polémica por el gasto en defensa o las relaciones del expresidente Zapatero con Venezuela.
Lo que ha llevado a Bessent a España no es el encuentro que se ha celebrado esta mañana en el Palacio de Viana si no los que mantendrá con el viceprimer ministro chino He Lifeng hasta el 17 de septiembre, pero aún así, la coincidencia no tiene no interés dado que, precisamente, las relaciones de España con China han llevado a una crisis diplomática entre La Moncloa y La Casa Blanca. El Gobierno ha sido escueto a la hora de señalar los principales puntos que se han tratado durante la reunión con Bessent. Del lado español, ha sido poco más que la «voluntad de reforzar los vínculos existentes con el mercado de EE.UU.» y el «compromiso con los principios de la cooperación y el diálogo con los países aliados como EE.UU.».
Sin embargo, y a pesar de lo que diga este resumen oficial, a nadie escapa que hay temas que están en el candelero, como el ya célebre contrato de Huawei con el Ministerio de Interior, una historia cuyo último hito ha sido la solicitud por parte del Congreso de Estados Unidos de una investigación que podría dar lugar a sanciones contra nuestro país. Por el momento, España ya está en una suerte de ‘cuarentena’ que la deja fuera del intercambio de información de inteligencia con los EE.UU.
A esto también se añade la amenaza por parte del subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, de retirarle el visado de entrada a Estados Unidos al expresidente Zapatero por sus relaciones con Venezuela, o las reticencias de Pedro Sánchez a aumentar el gasto en defensa al 5%, como había pedido la Casa Blanca.
En el terreno puramente comercial, los asuntos de actualidad siguen siendo los mismos que Carlos Cuerpo y Scott Bessent ya trataron durante un primer encuentro en Washington en abril: la tasa Google, un gravamen del 3% que se aplica en España a las grandes tecnológicas y que Trump considera un castigo indirecto a sus empresas; el IVA, que la Casa Blanca también considera un sabotaje a sus exportaciones; y otras «barreras no arancelarias», como acostumbran a referirse en Washington a regulaciones europeas que no existen al otro lado del Atlántico.
A nivel diplomático, aquella primera cita acabó mal, o al menos esa fue la impresión de la parte estadounidense, a tenor del contenido del resumen de la reunión que remitió a la prensa. En ese comunicado, que fue una clarísima señal al Gobierno de Pedro Sánchez, se destacaba solamente los temas en los que Bessent había mostrado discrepancias con el ejecutivo español, como el gasto en defensa o la tasa Google. El texto distaba mucho en estilo de los que publicó el departamento del Tesoro tras los encuentros con ministros de otros países, pues no había ninguna referencia a la ‘importancia de la relación bilateral’, mucho menos una felicitación. De hecho, la nota de prensa más parecida fue la que se publicó, precisamente, tras el encuentro con el gobierno chino.
El caso, como ya se ha avanzado, es que desde el pasado viernes Madrid se ha convertido en la sede de la cuarta ronda de negociaciones entre las dos superpotencias, tras las mantenidas en Ginebra, Londres y Escocolmo. El principal tema a tratar, claro está, será la negociación de la situación comercial, actualmente en una situación de ‘impasse’ a la espera de un acuerdo definitivo antes de que expire la tregua de noventa días que acordaron las dos partes a finales de julio tras su reunión en la capital sueca. Y sobre la mesa también estará la polémica en torno a la plataforma china Tik Tok, que actualmente se enfrenta a un posible cierre en los EE.UU. debido a la preocupación que suscita en ese país por el uso que hace de sus datos.
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