China ha anunciado este viernes la imposición de aranceles provisionales de hasta el 62,4% a la importación de porcino europeo. El régimen paga así con España su enfado con la Unión Europea, pese a la docilidad mostrada hasta la fecha por Pedro Sánchez, y recrudece la presión para tratar de desbloquear las restricciones comunitarias a los coches eléctricos chinos .«Las autoridades investigadoras han determinado de forma preliminar que las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos relevantes originarios de la Unión Europea están siendo objeto de ‘dumping’ «, ha informado el Ministerio de Comercio chino por medio de un comunicado oficial. Estas, por tanto, han ordenado »medidas ‘antidumping’ provisionales en forma de depósitos«, las cuales entrarán en vigor el próximo miércoles 10 de septiembre.Noticia Relacionada estandar No España ya es el principal proveedor de carne de cerdo de Europa y China: «Aragón, Cataluña y Murcia son las locomotoras» del crecimiento D. A. El sector porcino avanza en su conquista de mercados exteriores a pesar de las dificultades derivadas de la geopolítica y los aranceles de TrumpSe conoce como ‘dumping’ aquella práctica comercial por la que una empresa vende en el extranjero un producto a un precio inferior al de su propio país, incluso por debajo del coste de producción, con el objetivo de ganar cuota de mercado o expulsar a la competencia. Según el anuncio del organismo, aquellas compañías que han colaborado con el procedimiento, entre las que hay firmas españolas, danesas y holandesas, recibirán sobrecostes de entre el 15,6 y el 32,7%, frente al 62,4% general.En el caso de los gigantes españoles de ese mercado , como Campofrío, El Pozo y otras importantes procesadores de carne de cerdo, el arancel se prevé que esté en el entorno del 20%.Esta supuesta investigación comenzó en junio de 2024 sin la más mínima pretensión de ocultar su motivación política, pues apenas cinco días antes la UE había anunciado aranceles provisionales contra vehículos eléctricos chinos. Los 27 trataban así de penalizar una política estatal de subsidios caracterizada como competencia desleal, y a la vez establecer una defensa preventiva ante el acaparamiento de un sector crítico por parte de un régimen potencialmente hostil.Doble coacción a EspañaLa elección del cerdo tampoco era casualidad. Mediante esta maniobra el régimen trataba de coaccionar a España, de largo su primer proveedor a nivel mundial y origen de la mitad del porcino europeo importado a China –con remesas por valor de 1.280 millones de euros en 2023–, con el propósito de forzar un cambio en el sentido de su voto. Y lo consiguió.Noticia Relacionada estandar Si Sánchez llama a la UE a «reconsiderar» los aranceles a los coches eléctricos chinos jaime santirso | eNVIADO eSPECIAL a Kunshan (China)En septiembre de 2024 Sánchez realizó su segunda visita a China en año y medio. Su comitiva llegó a la capital china asegurando que su postura no estaría sometida a discusión, y tras una campaña de extorsión aún más agresiva en privado , en la que las autoridades chinos llegaron a amenazar con frenar sus inversiones en el país, el presidente del Gobierno abandonó el gigante asiático diciendo que la Comisión y los Estados miembros deberían «reconsiderar», para estupor de las delegaciones europeas. La votación definitiva tuvo lugar un mes después y España, que en un primer momento había impulsado los aranceles, pasó a la abstención, sin que esto impidiera la aprobación de los mismos.El pasado mes de abril, el presidente del Gobierno intensificó el excepcional acercamiento con su tercera visita en dos años , con la pretensión de liderar una aproximación de la UE al gigante asiático ante la tensión con Estados Unidos, un aventurado movimiento que colocó a España en medio de la confrontación geopolítica entre superpotencias y fue criticado por la Casa Blanca . A todo ello se sumaba, además, la creciente inquietud tanto en círculos españoles como extranjeros por la problemática involucración de su predecesor reconvertido en lobista , José Luis Rodríguez Zapatero.«Todas estas visitas, si algo reflejan, es el interés mutuo que tenemos el Gobierno de España y también el Gobierno de China de mantener una elevada interlocución política […] que nos permite seguir desarrollando una agenda positiva entre nuestros países sobre la base del respeto y la confianza mutua», declaró Sánchez entonces tras su reunión con el líder Xi Jinping.El presidente se llevó de Pekín seis anodinos acuerdos , entre ellos –irónicamente– un protocolo aduanero para la exportación de porcino. Sánchez celebró entonces «la firma de acuerdos en múltiples ámbitos y muy importantes, que reafirman nuestro compromiso bilateral para trabajar juntos».La investigación ‘antidumping’, no obstante, seguía en marcha. Este viernes, palabrería aparte, Xi consuma su amenaza sobre España para socavar de nuevo la unidad europea a través de su socio más sumiso. China ha anunciado este viernes la imposición de aranceles provisionales de hasta el 62,4% a la importación de porcino europeo. El régimen paga así con España su enfado con la Unión Europea, pese a la docilidad mostrada hasta la fecha por Pedro Sánchez, y recrudece la presión para tratar de desbloquear las restricciones comunitarias a los coches eléctricos chinos .«Las autoridades investigadoras han determinado de forma preliminar que las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos relevantes originarios de la Unión Europea están siendo objeto de ‘dumping’ «, ha informado el Ministerio de Comercio chino por medio de un comunicado oficial. Estas, por tanto, han ordenado »medidas ‘antidumping’ provisionales en forma de depósitos«, las cuales entrarán en vigor el próximo miércoles 10 de septiembre.Noticia Relacionada estandar No España ya es el principal proveedor de carne de cerdo de Europa y China: «Aragón, Cataluña y Murcia son las locomotoras» del crecimiento D. A. El sector porcino avanza en su conquista de mercados exteriores a pesar de las dificultades derivadas de la geopolítica y los aranceles de TrumpSe conoce como ‘dumping’ aquella práctica comercial por la que una empresa vende en el extranjero un producto a un precio inferior al de su propio país, incluso por debajo del coste de producción, con el objetivo de ganar cuota de mercado o expulsar a la competencia. Según el anuncio del organismo, aquellas compañías que han colaborado con el procedimiento, entre las que hay firmas españolas, danesas y holandesas, recibirán sobrecostes de entre el 15,6 y el 32,7%, frente al 62,4% general.En el caso de los gigantes españoles de ese mercado , como Campofrío, El Pozo y otras importantes procesadores de carne de cerdo, el arancel se prevé que esté en el entorno del 20%.Esta supuesta investigación comenzó en junio de 2024 sin la más mínima pretensión de ocultar su motivación política, pues apenas cinco días antes la UE había anunciado aranceles provisionales contra vehículos eléctricos chinos. Los 27 trataban así de penalizar una política estatal de subsidios caracterizada como competencia desleal, y a la vez establecer una defensa preventiva ante el acaparamiento de un sector crítico por parte de un régimen potencialmente hostil.Doble coacción a EspañaLa elección del cerdo tampoco era casualidad. Mediante esta maniobra el régimen trataba de coaccionar a España, de largo su primer proveedor a nivel mundial y origen de la mitad del porcino europeo importado a China –con remesas por valor de 1.280 millones de euros en 2023–, con el propósito de forzar un cambio en el sentido de su voto. Y lo consiguió.Noticia Relacionada estandar Si Sánchez llama a la UE a «reconsiderar» los aranceles a los coches eléctricos chinos jaime santirso | eNVIADO eSPECIAL a Kunshan (China)En septiembre de 2024 Sánchez realizó su segunda visita a China en año y medio. Su comitiva llegó a la capital china asegurando que su postura no estaría sometida a discusión, y tras una campaña de extorsión aún más agresiva en privado , en la que las autoridades chinos llegaron a amenazar con frenar sus inversiones en el país, el presidente del Gobierno abandonó el gigante asiático diciendo que la Comisión y los Estados miembros deberían «reconsiderar», para estupor de las delegaciones europeas. La votación definitiva tuvo lugar un mes después y España, que en un primer momento había impulsado los aranceles, pasó a la abstención, sin que esto impidiera la aprobación de los mismos.El pasado mes de abril, el presidente del Gobierno intensificó el excepcional acercamiento con su tercera visita en dos años , con la pretensión de liderar una aproximación de la UE al gigante asiático ante la tensión con Estados Unidos, un aventurado movimiento que colocó a España en medio de la confrontación geopolítica entre superpotencias y fue criticado por la Casa Blanca . A todo ello se sumaba, además, la creciente inquietud tanto en círculos españoles como extranjeros por la problemática involucración de su predecesor reconvertido en lobista , José Luis Rodríguez Zapatero.«Todas estas visitas, si algo reflejan, es el interés mutuo que tenemos el Gobierno de España y también el Gobierno de China de mantener una elevada interlocución política que nos permite seguir desarrollando una agenda positiva entre nuestros países sobre la base del respeto y la confianza mutua», declaró Sánchez entonces tras su reunión con el líder Xi Jinping.El presidente se llevó de Pekín seis anodinos acuerdos , entre ellos –irónicamente– un protocolo aduanero para la exportación de porcino. Sánchez celebró entonces «la firma de acuerdos en múltiples ámbitos y muy importantes, que reafirman nuestro compromiso bilateral para trabajar juntos».La investigación ‘antidumping’, no obstante, seguía en marcha. Este viernes, palabrería aparte, Xi consuma su amenaza sobre España para socavar de nuevo la unidad europea a través de su socio más sumiso.
Los aranceles de importación oscilan entre el 15,6% y el 62,4% y entrarán en vigor el 10 de septiembre
China ha anunciado este viernes la imposición de aranceles provisionales de hasta el 62,4% a la importación de porcino europeo. El régimen paga así con España su enfado con la Unión Europea, pese a la docilidad mostrada hasta la fecha por Pedro Sánchez, y recrudece la presión para tratar de desbloquear las restricciones comunitarias a los coches eléctricos chinos.
«Las autoridades investigadoras han determinado de forma preliminar que las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos relevantes originarios de la Unión Europea están siendo objeto de ‘dumping’«, ha informado el Ministerio de Comercio chino por medio de un comunicado oficial. Estas, por tanto, han ordenado «medidas ‘antidumping’ provisionales en forma de depósitos», las cuales entrarán en vigor el próximo miércoles 10 de septiembre.
Se conoce como ‘dumping’ aquella práctica comercial por la que una empresa vende en el extranjero un producto a un precio inferior al de su propio país, incluso por debajo del coste de producción, con el objetivo de ganar cuota de mercado o expulsar a la competencia. Según el anuncio del organismo, aquellas compañías que han colaborado con el procedimiento, entre las que hay firmas españolas, danesas y holandesas, recibirán sobrecostes de entre el 15,6 y el 32,7%, frente al 62,4% general.
En el caso de los gigantes españoles de ese mercado, como Campofrío, El Pozo y otras importantes procesadores de carne de cerdo, el arancel se prevé que esté en el entorno del 20%.
Esta supuesta investigación comenzó en junio de 2024 sin la más mínima pretensión de ocultar su motivación política, pues apenas cinco días antes la UE había anunciado aranceles provisionales contra vehículos eléctricos chinos. Los 27 trataban así de penalizar una política estatal de subsidios caracterizada como competencia desleal, y a la vez establecer una defensa preventiva ante el acaparamiento de un sector crítico por parte de un régimen potencialmente hostil.
Doble coacción a España
La elección del cerdo tampoco era casualidad. Mediante esta maniobra el régimen trataba de coaccionar a España, de largo su primer proveedor a nivel mundial y origen de la mitad del porcino europeo importado a China –con remesas por valor de 1.280 millones de euros en 2023–, con el propósito de forzar un cambio en el sentido de su voto. Y lo consiguió.
En septiembre de 2024 Sánchez realizó su segunda visita a China en año y medio. Su comitiva llegó a la capital china asegurando que su postura no estaría sometida a discusión, y tras una campaña de extorsión aún más agresiva en privado, en la que las autoridades chinos llegaron a amenazar con frenar sus inversiones en el país, el presidente del Gobierno abandonó el gigante asiático diciendo que la Comisión y los Estados miembros deberían «reconsiderar», para estupor de las delegaciones europeas.
La votación definitiva tuvo lugar un mes después y España, que en un primer momento había impulsado los aranceles, pasó a la abstención, sin que esto impidiera la aprobación de los mismos.
El pasado mes de abril, el presidente del Gobierno intensificó el excepcional acercamiento con su tercera visita en dos años, con la pretensión de liderar una aproximación de la UE al gigante asiático ante la tensión con Estados Unidos, un aventurado movimiento que colocó a España en medio de la confrontación geopolítica entre superpotencias y fue criticado por la Casa Blanca. A todo ello se sumaba, además, la creciente inquietud tanto en círculos españoles como extranjeros por la problemática involucración de su predecesor reconvertido en lobista, José Luis Rodríguez Zapatero.
«Todas estas visitas, si algo reflejan, es el interés mutuo que tenemos el Gobierno de España y también el Gobierno de China de mantener una elevada interlocución política […] que nos permite seguir desarrollando una agenda positiva entre nuestros países sobre la base del respeto y la confianza mutua», declaró Sánchez entonces tras su reunión con el líder Xi Jinping.
El presidente se llevó de Pekín seis anodinos acuerdos, entre ellos –irónicamente– un protocolo aduanero para la exportación de porcino. Sánchez celebró entonces «la firma de acuerdos en múltiples ámbitos y muy importantes, que reafirman nuestro compromiso bilateral para trabajar juntos».
La investigación ‘antidumping’, no obstante, seguía en marcha. Este viernes, palabrería aparte, Xi consuma su amenaza sobre España para socavar de nuevo la unidad europea a través de su socio más sumiso.
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